La glándula mamaria:
En la glándula mamaria distinguimos diferentes partes:
- Lóbulos glandulares: tejido glandular especializado en la secreción láctea.
- Conductos galactóforos: sistemas de ductos de excreción de la leche.
- Areola: área de piel oscurecida que rodea al pezón. Tiene fibras contráctiles y glándulas sebáceas (tubérculos de Morgagni).
- Pezón: prominencia para la succión del bebé y punto de salida de los conductos galactóforos. Hay entre 4 y 18 poros para la salida de leche en cada peón.
- Tejido adiposo: grasa que ocupa el espacio entre los lobulillos glandulares. Representa una parte importante del volumen de la mama aportándole tamaño y forma, pero varía para cada persona. Sin embargo, el tamaño de la mama no determina la capacidad de producción de la leche.
La “subida” de la leche:
La succión del bebé es importante para el vaciado de la mama y el estímulo para la producción de leche.
Aumento de tamaño de la mama, mayor circulación sanguínea y linfática.
Mayor volumen glandular por el inicio de la producción de leche abundante, sobre el 2º-3º día.
La “subida de la leche” o plétora fisiológica se debe a la activación de la producción láctea sobre el 2º o 3º día. Se manifiesta con un aumento del tamaño y consistencia de las mamas, por la presencia de leche acompañada de mayor circulación sanguínea y linfática a la glándula: un pecho lleno se nota caliente, duro y firme.
En las primeras horas posparto, la producción de leche responde principalmente a los cambios en el ambiente hormonal.
Producción de leche: tras el parto disminuyen los niveles de progesterona, aumentando los niveles de progesterona, aumentando el efecto de la prolactina, hormona producida en la hipófisis y que actúa en la glándula mamaria estimulando la producción láctea.
La succión del niño es un importante estímulo, pues aumenta la secreción de prolactina y, por tanto, de leche.
Ingurgitación mamaria:
La ingurgitación mamaria es una inflamación del tejido glandular debido al vaciamiento insuficiente de la leche, acompañado de un edema linfático y congestión sanguínea.
¿Cuáles son los síntomas? Sensación de plenitud, peso, sensibilidad o dolor en una o ambas mamas. En algunas ocasiones febrícula.
¿Cómo prevenirla? El inicio precoz y sin restricciones de la lactancia puede prevenirla. El vaciado frecuente mediante una succión eficaz es indispensable para su resolución. También se usa expresión manual o con sacaleches.
¿Cómo aliviar las molestias? Con frio local entre tomas y algunas mujeres notan alivio con una breve aplicación de calor antes de la toma.
Si fuese necesario se puede prescribir un antiinflamatorio, para el tratamiento de las molestias.
La principal complicación de la ingurgitación mamaria es la aparición de mastitis.
Mastitis:
Es la inflamación de algunos lóbulos de la mama, causada por una disbiosis de la flora mamaria, es decir un sobrecrecimiento de patógenos (estafilococos) en detrimento de otras especies beneficiosas (lactobacilos).
¿Cuáles son los síntomas? El dolor es el principal síntoma, intenso, interno y en forma de pinchazos (mastitis subagudas). En ocasiones, puede aparecer un área inflamada, caliente y enrojecida. La presencia de fiebre es un signo de alarma (mastitis aguda).
¿Cómo tratamos una mastitis? Requiere de buenas medidas de vaciado de la mama, mejora del agarre e incluso uso de sacaleches si fuera necesario, lactancia a demanda, y reposo materno. El bebé puede seguir lactando durante una mastitis.
También se puede utilizar la crioterapia (frio/calor) que puede ayudar a aliviar las molestias, no realizando exposiciones superiores a 3-5 minutos.
Cuando aparece la fiebre se recomienda añadir tratamiento antibiótico y en las mastitis subagudas, los probióticos específicos han dado buenos resultados. En ambos casos deberían acompañarse de antiinflamatorios y de cultivo de leche.
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